Si buscas que te sorprendan, si quieras explorar tus límites y, por supuesto, pasar un buen rato, las clases de Josu te van a encantar. Se nota que le gusta su trabajo, dinámico, creativo y divertido.
Llegó al mundo del movimiento tras un proceso de búsqueda y enriquecimiento personal, explorando los márgenes de la mente y el cuerpo. De sus aficiones, que son muchas, la cultura del movimiento y las artes marciales ocupan un gran lugar, que comparte con su pasión por la música “más o menos ruidosa” -toca con varios grupos y colabora con una distribuidora autogestionada- y organiza conciertos benéficos.
Para Josu es fundamental sentir cómo con sus clases acompaña a sus alumnos en la superación de procesos importantes, como pueden ser la convivencia con el dolor o en el momento del parto, incrementando su calidad de vida gracias a la adquisición de habilidades y el aumento de su movilidad. Asegura que de cada alumno recibe todos los días nuevos aprendizajes, calor humano y diversión. ¿Se puede pedir más?